Un gran saludo a la Comunidad Universitaria en este tiempo complejo que estamos viviendo, pero que nos acompañamos y apoyamos a la distancia.

Desde la Pastoral Universitaria queremos compartir esta publicación, para que les ayude a vivir Pentecostés, que marca un antes y un después en la vida de la Iglesia, y que nos permite cada año volver a conectar con esa experiencia de los primeros discípulos y discípulas del Señor, que recibieron la presencia del Espíritu Santo, que los animó e impulsó a responder con generosidad al tiempo en el cual vivieron.

Así como los discípulos encerrados en casa, recibieron la promesa que Jesús les dejó, puede ser este un tiempo, para prepararnos interiormente, para acoger en nuestras vidas, la presencia del Espíritu, que viene en nuestra ayuda, para aprender a escuchar, discernir y responder a lo que hoy el Señor nos pide. Lo hacemos desde nuestros temores e incertidumbres que todos llevamos y que nos solidariza desde nuestra fragilidad personal.

Sumémonos a esta corriente de vida y esperanza que brota del Espíritu, que tanto necesitamos en el momento presente y que nos puede ayudar a hacer frente, desde nuestras posibilidades, a las necesidades materiales y espirituales que viven tantos hermanos y hermanas nuestras. No es el tiempo para la indiferencia o la mirada individualista, sino de lo que provoca el Espíritu, que nos hace reconocernos miembros de un mismo cuerpo y corresponsables los unos de los otros, en una misión común.

En medio de lo que vivimos, como nos invitó a reflexionar el Papa Francisco la semana pasada en torno a los cinco años de la encíclica “Laudato Si”, sobre el cuidado de la casa común, con el lema “todo está conectado” que el Señor nos haga conscientes y responsables de todo el camino que tenemos que recorrer, pero reconociendo que Él, con su Espíritu nos sostiene, anima y acompaña”.

Víctor Javier Álvarez Tapia

Director de la Pastoral Universitaria

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